domingo, 23 de enero de 2011

Es que para mí

Para mí las palabras tienen poder. Son grossas, recias, reales. Para mí, la palabra mar tiene olas y es escalofriante, y la palabra dolor tiene lágrimas y la piel crispada, y la  ilusión es ese cielo inmenso y estrellado, y  desilusión es que nos traigan de los pelos para adentro a mirar el techo. 
Para mí las palabras son imágenes, objetos, sensaciones. No son solamente un sonido que sale de la garganta o garabatos asentados en un papel, o en el monitor. ¡No! Las palabras tienen vida, se mueven, golpean, gritan o murmuran, y hasta callan. Las palabras son. Importan. 
Por eso no digo mentiras. Por eso no digo cosas que podrían pasar. Nono, las palabras se materializan, posta. Se hacen de verdad. Por eso no hay que mentir. Si después pasa, fueron ellas, no los duden. Son como dioses. Lo pueden todo.

Si hasta el barbudo dijo "hágase la luz" y la luz se hizo. Hasta el barbudo se maneja con palabras.  
Hay que res-pe-tar-las. 

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