domingo, 30 de enero de 2011

¡Ay, por el Santo Barbudo y sus secuaces!

¿Saben qué pasa? ¡¿SABEN QUÉ PASA?! ¿Por qué las chicas somos tan irremediablemente boludas y nos ilusionamos por cualquier cosa? No es culpa nuestra. Es total y absolutamente herencia cultural. En serio.
Nuestros padres creen que está bien llenarnos la cabeza de películas de princesitas, donde el chabón es fachero hasta lo último y tiene un enorme corazón de oro, y todo termina de las mil maravillas con ellos unidos para siempre, con un pacto de amor eterno y perfecto sellado con un  beso tierno e inocente.

"¡Nooo, nena, caca, tuto! No prendas la tele en Disney. No veas ni la Cenicienta, ni Encantada, ni nada por el estilo, esas cosas te cagan la cabeza, ¡vas a ser como yo, te lo advierto!", así voy a decir cuando tenga una hija, una sobrina, cuando vea una nena en la calle.

Aunque qué hablo, no son solamente las películas de Disney, son todas las películas románticas. Son una  vil mentira, como que los presidentes no roban o como que los padres quieren  a todos los hijos por igual. Mentiras tan descaradas como "en cinco minutos te doy la pc" o "te amo" a la semana de conocerse. ¡Minga, gente! Embustes.

¡El príncipe azul no existe, y si existe no va a vivir para siempre! Así que favor de presentarse en servicio al cliente, y dejar de ilusionarse. Por ahí dijo un cantante que se cree que hace poesía "el problema no es que mientas, el problema es que te creo".

En realidad me parece que el problema radica en cómo no creer, si desde chiquitas nomás nos enseñan a ser crédulas.  Supongo que se aprende, a no vivir de ilusiones, a no querer desde el primer momento. Se aprende, sí, todo se aprende en esta vida...

¡Pero, mierda que somos duras, ¿eh?! ¡No le pegamos una! No aprendemos nunca, y metemos la pata en el mismo agujero siempre.

Y así vamos. Más pelotudo el tipo, menos bola nos da, mejor. E igual pensamos que es para nosotras.  Juro que poniéndolo así, no tiene el más mínimo sentido. Qué boludas.

Igual, en algún momento aprendemos. Y será por eso que más grande la chica, más escéptica, más interesada y más hija de puta. La han hecho vuelta y vuelta tantas veces que se las sabe todas. Y por eso últimamente creo que ser una santa mojigata no ayuda ni aca. Para nada. ¡Si nos re joden! Nos la creemos. Para no caer en esos cuentuchos boludos hay que salir, tener calle, conocer.

Y por último, ser inteligente, y poner en práctica las boludeces que nos proponemos en los momentos de enojo, ¿por qué? Porque contrario a lo que se piensa, yo creo que durante el enojo aflora con mucho ímpetu algo que solemos dejar de lado cuando se trata de amor o ilusión: el sentido común.

¡Sentido común, che! (¿Sentido común? ¿A ver, me suena? Ah. Alto, sí creo que sí. Eso que te dice que si un chico no te llama es porque no quiere nada, y si te dice amiga es porque sos su amiga y a no joder. Ah, claro, sentido común.)

Es que nos hace falta sentir más con la cabeza. Si fuera que el amor es cosa de uno solo, bueno, está bien. I believe, I can fly, correría por cuenta nuestra y tiremonos flechita en la pileta... pero no, no, no es así.
Hay otra persona involucrada y chicas (más bien chicas heterosexuales), atención: ¡es un hombre! Y ¿saben qué? A ellos les llenaron la cabeza con otras cosas también, ya sean los familiares mayores, ya sea la tevé, pero ellos piensan de otra forma porque así es nuestra cultura; y no digo que todos sean malos, pero nadie está excento a lo que marca la sociedad, nadie es inmune.

Entonces, nena, nenita, haceme caso. Caca, tuto, no veas Disney, no leas Crepúsculo, y por dios, si te ofrecen ver una comedia romántica, vomitá antes de aceptar.

¿Y saben qué es lo peor de todo? Por más que nos adviertan, por más que sepamos, bajamos la guardia. Bajamos la guardia, abrimos el corazón, pensamos que tenemos el alma llena de flores, que el mundo es otro cuando está con nosotros...porque te enamoras, obvio pasa, y es lindo... pero nos tendríamos que cuidar un poco más, a nosotras, digo, porque después andamos llorando, después nos lamentamos.

Después nos hacemos la historia del príncipe azul, y la eterna felicidad...pero ni el uno ni la otra existen, y lloramos como cuando muere  Mufasa en el Rey Leon (como boludas).

Yo propondría, para solucionar esto, impedir la difusión de cuentos de hadas donde la palabra "divorcio" no existe, entre otras cosas.  Y tal vez, agarrar de los pelos a nuestras amigas cuando estén por salir con un chico y decirles "repetí conmigo, el cuco me va  a raptar de noche si me llego a enamorar".

Saludos, y mucha suerte.

Y por el Santo Barbudo y sus secuaces, no pierdan las esperanzas. ...Iaa re boluda xD.

1 comentario:

  1. EEEEEEEEEEHH, no estabas enojada vos, no? jajaj
    q pasò cn el chaboncito? xD

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