¡Espero que me vengas bien, chico! Dale, sete bueno. Traeme sorpresas lindas, días felices, ¿dale? No me hagas enamorarme si no me van a dar bola. No me hagas perder amigos, no me hagas tener que soportar gente a la que no quiero, sete bueno. Tratame bien 2011, y te prometo la mejor actitud del mundo.
Aunque a la final todo corre por cuenta de uno, ¿eh? Sí, así es, depende de la cara que le pongamos al espejo...
...?
¿Ve?
Un minuto después que yo hablo de la cara que se le pone al espejo, me avisan que mi tía ha muerto. Eh la puta madre. Qué manera de empezar el año. Te felicito 2011, un groso. De cómo que estoy linda y bien vestida. De cómo que estaba de buen humor. Ya se fue todo a la mierda.
¿Saben qué? Eso es lo que pasa cuando la gente habla mucho y no se ocupa. Que está enferma, que muy grave, que no se cuida, que estaba mal, que necesita médico. ¿Alguien hizo algo? No. ¿Alguien se ocupó? No. Ahora el primer (y último) día del año tienen un designio trágico en el almanaque. Dejame de joder, por favor... ¿no podías morir otro día? Yo sé que está mal, yo sé que es egoísta, pero¿justo en año nuevo?
En Año Nuevo. Las últimas y las primeras jodas del año.
Y siempre... no sé. Eh, ¿con qué cara se ve las cosas después? Voy a estar mal, mi papi va a estar mal.
¡Dios! Mi pa se va a querer morir...
Andá. No depende de la cara que le pongamos al espejo. Depende de lo que te pase. Si te pasan cosas tristes vas a estar triste, y no hay que venir con huevadas. Si te pasan cosas felices, feliz estás, y así de simple.
Yo qué sé. Justo vos tenías que ser. Un personaje. Te safaste tantas veces de morir. Alguna vez tenía que pasar... por eso estaban todos confiados en casa. Por eso todos nos preocupábamos, pero no en serio.
Estuviste a punto de morir tantas veces, pero tantas. Todavía no me olvido esa vez que volcaste con el Vectra nuevo, que el auto se hizo bolsa impresionantemente, estaba como doblado, pero doblado en serio, como si fuera un lápiz de esos verdes, que uno hace fuerza y queda dobladito... y vos, vos nada más te torciste la muñeca. Te la pasabas comiendo dulces a pesar de ser diabética. Viajabas y estabas al sol como si tal cosa, como si tu salud fuera de hierro.
No me jodas. Vos desafiabas a la muerte. Le decías "vení, agarrame",y ¡algún día te iba a agarrar, bolú! Creías que podías arrasar con el mundo, y no es así. El mundo te hace bolsa si quiere. Vos nunca te cuidaste. Yo todavía no entiendo si vos querías vivir, si querías morir, si querías demostrarles a todos que podías cuando no. No sé, te juro.
Y vos, con veinticinco perros, la que entra con perros al supermercado, la que habla guasadas en la iglesia en Pascuas o Navidad, la que nos hizo reír siempre, la que le dijo a las que registran en los juicios todo lo que se dice, la que le dijo "escribí, poné que la defensa mandó a la mierda al juez. Pero escribí, ¿eh?" Y
¿sabes qué? Vos eras buena, pero a veces me trataste mal, y fuiste irrespetuosa conmigo, y a veces creo que me tratabas de boluda, y me hizo enojar. Y soñé con contestarte. Soñé, porque jamás me animé.
Claro. Justo vos. No podías hacer algo normal. No te podías morir un nueve de octubre, o un treinta de abril, no, ¡justo en año nuevo, hija de puta! No podías pasar desapercibida. No, no. No era tu estilo. Tu estilo era ostentoso. Tenías que morir cuando nos acordemos, cuando nos joda, cuando se sienta. En plena fiesta.
Así. No podías pasar desapercibida. ¡Te fuiste! ¿Qué onda? ¿Por qué? ¿Qué va a ser de Navidad sin vos? ¿Qué va a ser de las misas de Pascuas sin vos?
Ai Dios.
Chau.